Terapia asistida con perros

Participan en intervenciones dirigidas y como parte del proceso rehabilitador (Físico o Psicológico) del paciente mediante la interacción perro-paciente.

Se persigue un objetivo concreto.

Recuperación o mejora del paciente. Su función es estructurada, planificada y supervisada por un terapeuta. La terapia asistida con perros se ha orientado a personas que padecen problemas médicos (físicos o mentales), que pueden beneficiarse de la compañía de un perro, mejorando su calidad de vida.

Los perros terapeutas, han logrado grandes éxitos en el tratamiento con personas discapacitadas, despiertan reflejos, ayudan a superar fobias, depresiones y enfermedades de origen nervioso. Producen un efecto sedante o relajante en pacientes con demencia, disminuyen los niveles de violencia y aislamiento en los centros penitenciarios. Mejora los rendimientos laborales de aquellos empleados que acuden a su puesto de trabajo con su mascota. Ayudan en la detección de tumores, etc.

Dentro de lo que conocemos como perro de servicio, hay que diferenciar entre perro de asistencia y perro terapeuta.

Los perros de asistencia, son animales entrenados, para ayudar a una persona con discapacidad. Conviven 24 hrs con las personas que los necesitan, proporcionándoles una mayor independencia, lo que les permite una mejor integración social, laboral, etc. Ayudan a personas discapacitadas a realizar cosas que ellos no pueden hacer. Reciben Adiestramiento muy exigente. Desempeñan tareas muy complicadas.

Los perros de terapia sin embargo, sólo realizan visitas, programadas, a las personas que lo necesitan. Siempre van acompañados de su responsable (guía), y el conjunto: perro-dueño, trabajan bajo la dirección de un especialista médico (psicólogo, pedagogo, etc.).

Antecedentes históricos.

En 1669, Jonh Locke defendía que la relación con animales, tenía una función sociabilizadora. Empezaron a promulgarse las primeras teorías sobre la influencia de los animales de compañía y su uso con enfermos mentales, indicando que el trato con estos animales, despertaba sentimientos sociales en dichas personas, y se encontraban más relajadas y tranquilas. El primer uso de animales de compañía como terapeutas, se registró en Inglaterra 1972, el psiquiatra William Tuke, pionero en aplicar la terapia asistida con animales en un centro psiquiátrico, propiciando valores humanos y autocontrol en los enfermos, mediante el refuerzo positivo.

En 1867, en Alemania, se utilizaron con enfermos epilépticos. Ya en el siglo XX, se utilizaron como refuerzo en la rehabilitación de veteranos de guerra en EEUU: la Cruz Roja Americana organizó en el Centro para Convalecientes del Ejército del Aire (Army Air Force Convalescent Center), el primer programa terapéutico de rehabilitación de los aviadores.

El psiquiatra Boris M. Levinson en 1953 y su perro Jingles, de manera inesperada. Recibe en la consulta de su casa a un niño con graves problemas de retraimiento hacia lo que le rodea. Al no estar programada esta visita, su perro estaba presente y comprueba como el niño reacciona positivamente ante la presencia del perro. Decide ir incorporando a las sesiones esta interacción entre el perro y el paciente, comprobando gran mejoría en el estado mental del niño, ayudaba a los pacientes a tranquilizarse, comunicarse y expresar sus emociones. Esto le impulsa a llevar a cabo una amplia investigación que le lleva a sentar las primeras bases de lo que hoy conocemos como T.A.P.

Poco después publicó el libro “El perro como coterapeuta”, en su libro relata las experiencias vividas junto a su perro y pacientes introvertidos que perdían todas sus inhibiciones y miedos gracias a la presencia del perro en el consultorio, favoreciendo la comunicación entre psiquiatra y paciente. A lo largo de todos estos años, se desarrolla la terapia asistida con otros animales: Gatos, Tortugas, Delfinoterapia.

En la antigua Grecia, se daban paseos a caballo como parte de las terapias para aumentar la autoestima en personas que padecían enfermedades incurables, Equinoterapia. En el siglo XVII ya se utiliza al caballo en tratamientos de rehabilitación para personas con alto grado de discapacidad.

Características morfológicas.

Para ser perro de terapia cualquier raza es válida… aunque los más utilizados son el Golden y el Labrador Retriever. No se recomiendan…

  • Molosoides: Porque su gran tamaño puede intimidar al paciente.
  • Muy babosos: Al tratar con enfermos resultan muy antihigiénicos, sobre todo en hospitales.
  • Que no suelten demasiado pelo: Podrían provocar problemas de alergia.
  • No utilizar perros con orejas y cola amputadas: Su apariencia poco bondadosa, puede dificultar el acercamiento del paciente.

Características comportamentales.labrador-retriever

Requisitos para ser perro terapeuta:

  • Variables genéticas y ambientales: El perro debe nacer con cierta predisposición.
  • Experiencias de vida adecuadas: Mejor si vive con una familia que en centros o jaulas.
  • Obediencia básica.
  • Muy sociables.
  • Deseos de agradar al hombre. Docilidad.
  • Tolerantes y dispuestos.

No todos los perros son aptos para ser terapeutas, lo 1º es realizar un examen para detectar posibles patologías de comportamiento (fobias, agresividad, …), que los hagan inestables, en cuyo caso se desestimarían como perros de servicio. Así, aunque se seleccionan los perros en función de la terapia para la que van a estar destinados, en general, se busca que sean sociables, pacientes, con buen carácter, inteligentes y que aprendan con cierta facilidad. Deben ser muy mansos, acostumbrarse a un trato “inadecuado” o un poco brusco, que no se sorprenda ante ruidos bruscos (gritos, etc.). No obstante, si la interacción con el paciente, estresara al animal, hay que suspender la sesión terapéutica.

Puesto que únicamente las razas con un carácter equilibrado y pacífico, pueden servir como perros de terapia, y ya que estamos en España, tenemos una raza que se adecúa a dichas características: el “galgo español”.

Transmite tranquilidad, no parece una amenaza a pesar de su tamaño, y al ser delgado y fino, podría despertar el instinto de protección en las personas. Además es un perro poco ladrador, y de mirada tímida. De hecho en América su pariente inglés (greyhound), se utiliza como perro de terapia desde hace tiempo, quizás esta nueva utilidad, ayudaría a sacarle del maltrato que sufre actualmente en nuestro país.

Beneficios de la terapia con perros.

A nivel físico y psicomotor:

  • Aumento de la movilidad de los miembros superiores y de la destreza manipulativa así como de la coordinación entre el ojo y la mano.
  • Disminución del estrés y la tensión arterial.

A nivel neurocognitivo:

  • Mejora en la articulación de las palabras (disartria), y aumento de la concentración, atención, percepción y memoria.

A nivel psicosocial y emocional:

  • Aumento del sentido de “pertenencia al grupo”, aumento de la autoestima, disminución del aislamiento, de las manifestaciones psiquiátricas, evolución positiva en casos de depresión, etc.
  • El perro, es el cauce principal de la comunicación entre terapeuta y paciente.
  • Mejora de la relación con el entorno.
  • Reduce la resistencia a los tratamientos.
  • Desinhibe al paciente.
  • Rompe la rutina.
  • Mejora la socialización.
  • Interés por el contacto físico.
  • Reduce la presión arterial y el estrés.
  • Ofrece motivación.
  • Potencia sentimientos de empatía.
  • Muchas personas enfermas o que están atravesando una situación difícil, sólo piensan en sus problemas, sin embargo al estar en contacto con el perro, pueden cambiar su enfoque mejorando su autoestima.
  • En los centros penitenciarios, ayudan a reducir los niveles de violencia.
  • No emiten juicios sobre nosotros, esto ayuda a personas con una baja autoestima.
  • El contacto físico, mejora la salud mental y el crecimiento emocional de la persona, lo que hace que sea una buena terapia para niños y personas con gran timidez.

Si bien en España, todavía no se permite el acceso de los perros terapéuticos en los hospitales, y centros públicos, es evidente, que su efecto en los pacientes, es positivo, y por eso todos los que amamos a este bello animal, tenemos la obligación moral, de continuar ese camino: educando bien a nuestras mascotas y ayudando a que otros también lo consigan.

Sólo así, conseguiremos que ocupe el sitio que se merece, como ya está ocurriendo en otros países. ¡¡¡Qué maravilla!!!, cuando podamos acceder a centros comerciales, restaurantes, hospitales (si son perros de servicio), etc. Pero para eso, es preciso que todos asumamos nuestra responsabilidad, y hagamos del perro un ser educado y sociable, que incluso pueda ayudar a otros.

Aplicaciones de la terapia.

Residencias de ancianos.

  • Demencia.
  • Alzheimer.
  • Problemas auditivos.

Terapias centradas en el plano cognitivo.

  • Actividades motrices, comunicación y vida cotidiana.
  • Trastornos del desarrollo.
  • Retraso mental.
  • Parálisis cerebral.
  • Autismo.
  • Personas con necesidades especiales.

Colegios.

  • Habilidades cognitivas.
  • Mejora de capacidades motoras.
  • Programas sobre cuidados y adiestramiento con métodos no crueles.
  • Animación a la lectura.

Hospitales.

  • Distracción del paciente.
  • Olvido de las enfermedades y del dolor.
  • Esta terapia se comienza a utilizar durante la primera guerra mundial. Los perros fueron llevados por la Cruz Roja al centro de convalecencia de la Fuerzas Armadas.
  • Programas paliativos en el hogar: Alternativa al ingreso hospitalario, para enfermos terminales.
  • Pacientes con SIDA: Proporciona estimulación, distracción del dolor, apoyo a los familiares y cuidadores, gratificación sensorial a través del tacto.

Centros Penitenciarios y Centros de Menores.

  • Es la variante de terapia menos explotada.
  • Los presos adiestran y cuidan a los perros aprendiendo un oficio: Peluquería canina.
  • Los jóvenes en centros de menores se responsabilizan del animal: Disciplina y aumento de la autoestima.
  • Trabajan con perros de protectoras, descargando a éstas de trabajo.
  • Recientemente se han empleado los perros de terapia juicios donde testifica niños. Se le enseña al niño al hablar con en presencia del perro y cuando entran en la sala, la presencia del perro les proporciona apoyo y control de estímulos.

Fase de adiestramiento.

  • Puede durar entre 4 y 8 meses.
  • A través del refuerzo positivo.
  • Trabajo diario.
  • Se les enseña a no alterarse ante ruidos fuertes, pavimentos desagradables ni olores penetrantes, como por ejemplo los de un hospital.
  • Deben tener gran control del tren posterior: Para evitar tirar objetos con la cola
  • Nunca deben lamer a no ser que se les permita.
  • Fase Rol-playing: situaciones simuladas para comprobar la reacción del perro. (Es muy diferente la interacción perro-paciente ante un trastorno motor que un retardo mental).
  • Se evalúa al perro ya que algunos ejemplares muestran una mayor disposición ante una patología u otra.

Fase activa.

  • Es recomendable que el perro sea adulto (Año, año y medio).
  • Al menos media hora diaria de ejercicio.
  • Recordatorios habituales de obediencia.
  • Refuerzos positivos.
  • Como cualquier adiestramiento, el perro debe permanecer motivado para que no pierda el interés.

 

Bibliografía:

http://www.ctv.es/USERS/aepa/
http://www.aetana.es/
http://www.terapiaconperros.com/

“No hay psiquiatra en el mundo como un cachorro lamiéndote la cara”

Ben Williams

Información obtenida de diversas páginas de Internet relacionadas con La Terapia Asistida con perros, con el objetivo principal dar información.

 

Sara Mínguez y Silvia Villena
Educadoras caninas