Importancia de la implicación de los dueños

Cuando adquirimos un perro, hay veces que nos surgen problemas de convivencia con él y decidimos acudir a un profesional para solventarlos lo antes posible.

En una primera sesión, evaluamos el carácter y temperamento del perro y, a mi entender, lo más importante, las rutinas y la relación que tienen todos los miembros de la familia con el perro.

Muchos propietarios piensan que su perro es malo porque se hace pis por toda la casa y/o destroza sus pertenencias para fastidiarles. También piensan que su perro es un caso perdido porque tira mucho de la correa o se pelea con otros perros cuando sale a la calle. Es un perro malo y agresivo…

La mayoría de las veces, no se paran a pensar el porqué de esos comportamientos. Es más fácil pensar que el perro es rencoroso, vengativo o que tiene malas pulgas, pero lo que hay que pensar es que ellos, seguramente, tienen parte de la culpa del comportamiento de su perro.

Muchos propietarios piensan también que, con darle de comer, sacarle a hacer sus necesidades a la calle y propinarle toda clase de mimos en casa, es más que suficiente y que su perro debería estarle agradecido por ello y como consecuencia, ser un compañero fantástico.

Es importante desechar esos pensamientos. NO ES ASÍ. Nuestros perros necesitan cosas más importantes que tener su cuenco de comida y su ración de caricias diarias para ser perros equilibrados.

Es fundamental darle su dosis diaria de ejercicio. No os daré un tiempo concreto de lo que debería durar el paseo porque, evidentemente, cada perro, individualmente, según la raza, edad y nivel de energía, necesita un tiempo diferente, pero debe salir a pasear, jugar o correr todos los días.

Además del ejercicio físico, es importantísimo dedicar tiempo a la estimulación mental de nuestro compañero. No es suficiente con salir a pasear con él. Necesitamos cansarle o estimularle mentalmente. Como no podemos ponerle a hacer crucigramas o sentarle en un ordenador, debemos hacerlo a su manera. Si por ejemplo le enseñamos órdenes sencillas como a sentarse, tumbarse, quedarse quieto o pasear al lado de su dueño, sin tirar de la correa ya estamos estimulando su mente. ¡Y es un beneficio para ambos!

Hay muchas otras formas de estimulación mental para nuestro perro, como por ejemplo usando juguetes interactivos tipo Kong, practicando cualquier modalidad deportiva con él, como puede ser el Agility o bien esconderle juguetes rellenos de comida y animarle a que use su olfato para buscarlo.

Es importante hacer de esa actividad, algo divertido.

En definitiva, cuando un propietario se pone en contacto con un educador para que le ayude con algún problema de comportamiento como puede ser algún tipo de agresividad, eliminación inadecuada, ansiedad o simplemente para que su perro no tire de la correa mientras pasean o acuda a su llamada, debe tener en cuenta que su implicación en el adiestramiento o durante la terapia que hubiese que seguir en cada caso, es fundamental.

Para tener un perro equilibrado y un compañero envidiable es necesario que sus dueños se involucren, de verdad, en su educación. Muchas veces es necesario cambiar alguna de las rutinas diarias que se tienen con el perro para modificar algún comportamiento indeseado y hay que estar dispuesto a ello.

Los educadores y terapeutas del comportamiento os ayudamos a entender mejor a vuestro perro y os marcamos unas pautas a seguir para poder solucionar los posibles problemas que tengáis con él, pero para lograrlo, el perro, además de la ayuda de un profesional, necesita la vuestra.

Vosotros, los propietarios de perros, sois quienes realmente vais a ayudar a vuestro perro siguiendo nuestros pasos.

Os aseguro que, una vez que aprendáis cómo actuar en cada caso y qué pautas y rutinas llevar a cabo, es muy gratificante ver cómo ese problema que os atormentaba día a día con vuestro perro, poco a poco va desapareciendo y casi sin daros cuenta, habréis conseguido crear una bonita relación de confianza y respeto con vuestro perro.

 

Noemí Caballero
Educadora canina.