Displasia de cadera en el perro

La displasia de cadera.

Es una grave enfermedad de las extremidades posteriores que afecta, desgraciadamente con demasiada frecuencia, a muchas razas de perros grandes o gigantes.

La no congruencia o adaptación entre cabeza y acetábulo origina una mayor laxitud de la articulación con una movilidad anormal. En un 90% de los casos se ven afectadas a la vez ambas caderas pudiendo ser mayor la gravedad en una que en otra. Esta enfermedad es conocida en los perros desde hace más de 60 años y continúa siendo muy polémica con infinidad de trabajos publicados y con opiniones contrapuestas.

Como se manifiesta.

Generalmente los propietarios de un cachorro con displasia, consultan al veterinario por las dificultades que presenta el cachorro para pararse o el tambaleo de las patas traseras al caminar.

Estos animales generalmente presentan caderas anchas, cuadradas, son cachorros bastante sedentarios, algunos comen sentados, pueden ser agresivos o demasiado “buenos”.

Algunos cachorros no manifiestan síntomas y llegan a la edad adulta conviviendo bastante bien con la afección pero son los portadores genéticos y los posibles transmisores a sus crías.

Los hallazgos clínicos incluyen: intolerancia al ejercicio, rengueras, se incrementa la dificultad para saltar o para echarse, dolor a la palpación o al pararse, sonidos de chasquido en movimientos forzados o en el andar, atrofias musculares, a veces incremento de la agresión debido al dolor, restricción de los movimientos de la cadera, dificultades para correr o saltar , etc.

Como se diagnostica.

Se diagnostica a través de una radiografía que se toma con el animal anestesiado, para que relaje sus músculos y ligamentos, en posición ventro-dorsal, con los miembros extendidos, paralelos, con las rótulas bien posicionadas. Es muy importante que la radiografía muestre perfecta simetría de los distintos componentes de la cadera para su posterior evaluación. Una cadera asimétrica puede llevar a errores de diagnóstico. Puede hacer pensar en un grado mayor o enmascarar las incongruencias.

Una articulación normal muestra las cabezas femorales bien formadas ubicadas profundamente en las cavidades acetabulares. Las superficies de contacto son congruentes y paralelas.

Cadera de un perro normal.

Prevención. 

Además de lo que ya comentamos de evitar la obesidad en los cachorros, el crecimiento demasiado rápido y los ejercicios violentos, el punto principal es la eliminación de reproductores displásicos. La displasia de cadera es una enfermedad fuertemente hereditaria y, si bien es muy difícil erradicarla, debemos intentar reducir considerablemente el porcentaje de incidencia. Antes de reproducir un animal de una raza propensa deberemos realizar las oportunas radiografías evitando tener descendencia si es de los grupos C, D o E. Para seleccionar los sementales de un criadero deberían informarse de la clasificación de displasia de los ascendientes e incluso, si ya los ha tenido, de los descendientes.

Cuáles son la razas más afectadas.

El Pastor Alemán, el Rottweiler y el Labrador Retriever son las razas que mayor comúnmente son llevadas al veterinario por problemas de cadera, tal vez por ser las más numerosas del país. En alrededor de un 20% de los ejemplares la DC está presente. Sin embargo, la mayor incidencia está presente en el San Bernardo donde casi el 50% de los ejemplares están afectados. Otras razas con alta incidencia son el Mastín Napolitano, Golden Retriever , Kuvasz , Pastores Ingleses, y Pastor de Berna. Menos frecuentemente son afectados el Gran Danés, Collies, Boxer, Setter Irlandés, Bretón, Cocker Spaniel, Ovejero Belga y Dálmatas. Es rara en el Doberman, Samoyedo y Siberiano y prácticamente nula en Galgos.

Cadera de un perro con displasia.

Diagnóstico.

El diagnóstico de la displasia de cadera se realiza siempre mediante una radiografía del animal. Existen una serie de signos clínicos que nos pueden hacer sospechar de displasia como son las cojeras más o menos graves, dolor a la palpación, dificultad al levantarse, andar con los talones más juntos de lo normal, animales prácticamente inválidos, etc. pero nunca son diagnósticos.

La Federación Canina Internacional propone una clasificación de las distintas caderas de la siguiente forma:

A. Libre de Displasia. Sin indicio de DCF 0-0 (-,-) – libre, apto para la cría.

 

 

 

 

 

B. Forma de Transición. Sospecha de DCF 0-1, (-,+) apto para la cría.

 

 

 

 

 

C. Ligera Displasia. DCF 1º (+) – leve, dudoso, debe repetirse la radiografía unos meses después.

 

 

 

 

 

D. Displasia Mediana. DCF 2º (+,+) – media, no apto para la cría.

 

 

 

 

 

E. Displasia Grave. DCF 3º y 4º, no apto para la cría.

 

 

 

 

 

Desde cuando se puede realizar el diagnóstico.

El diagnóstico puede realizarse muy tempranamente, desde los 4 o 5 meses de edad para los que la desarrollan tempranamente. Para poder hacer un pronóstico a futuro, si no hay síntomas, se puede esperar a los 6 o 7 meses de edad donde puede verse la congruencia y adaptación de las superficies articulares.

Es conveniente no exigir un entrenamiento a los cachorros menores, ya que la cadera está en pleno crecimiento y desarrollo y es la etapa de las mayores transformaciones. Mantener los cachorros delgados durante el crecimiento.

Como puede evitarse.

Se ha demostrado a través de la cría selectiva – no usar reproductores con displasia – que la displasia en las razas donde se controla obligatoriamente, ha disminuido notoriamente, y se pueden adquirir cachorros de padres sanos, con todas las posibilidades que ellos también lo sean.

Una vez diagnosticada la displasia de cadera se podrá implementar un tratamiento.

Puesto que la DCF, como característica poligénica, tiene en gran parte un condicionante genético, las medidas en el terreno de la reproducción tienen gran importancia para luchar contra ella.

Tratamiento Médico.

El tratamiento conservador consiste en evitar el ejercicio violento aconsejándose hacerlo de forma moderada para evitar la artrosis, y quizás aún más importante sea la pérdida de peso para evitar la sobrecarga de las articulaciones, por lo que los perros deberán llevar una dieta estricta. Es importante resaltar que muchos animales con una displasia radiológicamente grave, no presentan sintomatología importante y caminan casi con normalidad.

El tratamiento médico consistirá en el uso de antiinflamatorios no esteroideos del tipo de «aspirina», «ibuprofeno» o más recientemente del «meloxicam». Estos productos mejoran la calidad de vida del perro al evitar la inflamación, suprimir el dolor y en algunos casos preservar la integridad de los cartílagos que tan afectados se ven en la displasia.

Los tratamientos tienen por objetivo:
  • Inhibición de la inflamación.
  • Alivio de dolor.
  • Regeneración de las superficies articulares.
  • Reparación del cartílago.
  • Recuperación de la función articular.

Cadera con Artrosis severa por DC.

Tratamiento Quirúrgico.

El tratamiento quirúrgico, hoy por hoy, es indiscutiblemente la mejor alternativa, ya que tienden a cortar definitivamente el problema, evitando la medicación de por vida y produciendo una mejor calidad de recuperación para el animal. Existen cirugías, como la Triple Osteotomía de la Pelvis que se pueden hacer ya desde los 4 meses y que buscan salvar la cadera, evitando que la enfermedad progrese. Por otro lado hay cirugías para displasias severas o pacientes adultos como ser el reemplazo de la cadera enferma con una prótesis total lo que lleva a una cadera totalmente indolora y permite un funcionamiento a pleno, como el de una cadera normal. Las prótesis son diseñadas específicamente para caninos y tenemos la suerte que las mismas se fabrican a un costo accesible.

 

Jesús Gutiérrez